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jueves, 5 de febrero de 2015

Parte VII: Kuillur y Duciru Matan una Enorme Aguila “Anga”

EL AGUILA “ANGA” GIGANTE DEL MISAHUALLI

Después de haber matado al Amarun (Anaconda),  los  dos hermanos  se pusieron a  caminar por la selva;  a  veces ayunaban como hacen  Ios Yachaks, dejaban de reír, dejaban de hablar;  algunas  veces tomaban Ayawaska para disponerse a sanar a los enfermos y visitaban  de uno en uno todos los pueblos. Estando en uno de ellos supieron que una enorme Anga “águila” bajaba  del cielo y cobraba víctimas  de entre la población, no solamente niños o mujeres, sino también hombres adultos. Kuillur y Duciru se propusieron entonces, a petición  de   los habitantes, matar a este terrible enemigo; se metieron dentro de sendas redes tapándose con lo que encontraron a mano. Se dejaron colgar de dos grandes árboles sobre el comedero del anga “águila”. Cuando llegó ésta, al darse cuenta de estos dos envoltorios, quiso sacar del interior a los dos hermanos sin ningún resultado. El águila entonces, luego de haber dormido, cogió una red y, colgada de su e norme pico, la llevó a  depositar sobre una  nube: regresó a la  tierra.
Un diablillo enano llamado uchutikan “duende” que asoma cuando lluever llego donde estaba Kuillur; este le pregunto: Acaso  tu vienes de la Tierra? Si es así devuélveme a ella puesto que un enorme águila me trajo a esta nube;  por favor llévame a la tierra. Uchutikan conmovido por los  ruegos, le dijo: Está bien,  abrásate a mi cuello, yo te llevaré pero cierra los ojos;   cuando yo silbe tres veces, te desprendes  de mi cuello y pisas el suelo; no abras los ojos ni te sueltes antes de que yo  te dé la señal convenida. Co­menzaron a bajar.
Cuando Uchutikan había  silbado ya dos veces, Kuillur en la desesperación de llegar pronto a la tierra abrió los ojos, pero    fue a caer sobre una laguna. El diablillo, llegando a la tierra, después de haber perdido la red en que venía Kuillur, fue a avisar a Dusiru sobre lo sucedido  indicándole de paso que le busque.

Duciru, llorando por la desaparición de  su hermano, se puso a buscarlo llamándole: ¿dónde estás? en donde estás,   hermano?, repetía. Cansado de  tanto caminar y gritar por su nombre de vez en cuando se puso a buscar hongos  comestibles para calmar el hambre; al  tirar de uno de ellos se oyó un débil  quejido:- Ayau! Era Kuillur que convirtió sus orejas en hongos    a fin de librarse de los animales voraces. Sin poderle sacarle del agujero del árbol llamó a un pájaro carpintero y, luego de regalarle una telita roja para adornar su pecho y su cabecita,  le suplicó que agrandara el agujero. Así lo hizo el ave hasta cuando pudo sacar a Kuillur. Finalmente, libres ambos hermanos fueron a buscar  la piedra o el comedero del águila,  la cubrieron de pungara “brea” líquida y se pusieron un lado a esperar los acontecimientos. Cuando llegó el rapaz se posó en el comedero, pero cuando los hermanos comenzaron a gritar; Rumi, rumi, piedra piedra!, el águila que no podía desprenderse de la roca a causa de la brea líquida, fue poco a poco convirtiéndose en piedra. De esta forma el mundo se libro de esta enorme águila.

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