EL AGUILA
“ANGA” GIGANTE DEL MISAHUALLI
Después de haber matado al Amarun (Anaconda), los
dos hermanos se pusieron
a caminar por la selva; a
veces ayunaban como hacen Ios Yachaks, dejaban de reír, dejaban de
hablar; algunas veces tomaban Ayawaska para disponerse a
sanar a los enfermos y visitaban de uno
en uno todos los pueblos. Estando en uno de ellos supieron que una enorme Anga
“águila” bajaba del cielo y cobraba víctimas de entre la población, no solamente niños o
mujeres, sino también hombres adultos. Kuillur y Duciru se propusieron
entonces, a petición de los habitantes, matar a este terrible
enemigo; se metieron dentro de sendas redes tapándose con lo que encontraron a mano. Se dejaron colgar de dos grandes árboles
sobre el comedero del anga “águila”. Cuando llegó ésta, al darse cuenta de
estos dos envoltorios, quiso sacar del interior a los dos hermanos sin ningún
resultado. El águila entonces, luego de haber dormido, cogió una red y, colgada
de su e norme pico, la llevó a depositar
sobre una nube: regresó a la tierra.
Un diablillo
enano llamado uchutikan “duende” que asoma cuando lluever
llego donde estaba Kuillur; este le pregunto: Acaso tu vienes de la Tierra? Si es así devuélveme
a ella puesto que un enorme águila me trajo a esta nube; por favor llévame a la tierra. Uchutikan
conmovido por los ruegos, le dijo: Está
bien, abrásate a mi cuello, yo te
llevaré pero cierra los ojos; cuando yo
silbe tres veces, te desprendes de mi
cuello y pisas el suelo; no abras los ojos ni te sueltes antes de que yo te dé la señal convenida. Comenzaron a
bajar.
Cuando
Uchutikan había silbado ya dos veces,
Kuillur en la desesperación de llegar pronto a la tierra abrió los ojos,
pero fue a caer sobre una laguna. El
diablillo, llegando a la tierra, después de haber perdido la red en que venía
Kuillur, fue a avisar a Dusiru sobre lo sucedido indicándole de paso que le busque.
Duciru,
llorando por la desaparición de su
hermano, se puso a buscarlo llamándole: ¿dónde estás? en donde estás, hermano?, repetía. Cansado de tanto caminar y gritar por su nombre de vez
en cuando se puso a buscar hongos
comestibles para calmar el hambre; al
tirar de uno de ellos se oyó un débil
quejido:- Ayau! Era Kuillur que convirtió sus orejas en hongos a fin de librarse de los animales voraces.
Sin poderle sacarle del agujero del árbol llamó a un pájaro carpintero y, luego
de regalarle una telita roja para adornar su pecho y su cabecita, le suplicó que agrandara el agujero. Así lo
hizo el ave hasta cuando pudo sacar a Kuillur. Finalmente, libres ambos
hermanos fueron a buscar la piedra o el
comedero del águila, la cubrieron de
pungara “brea” líquida y se pusieron un lado a esperar los acontecimientos.
Cuando llegó el rapaz se posó en el comedero, pero cuando los hermanos
comenzaron a gritar; Rumi, rumi, piedra piedra!, el águila que no podía
desprenderse de la roca a causa de la brea líquida, fue poco a poco
convirtiéndose en piedra. De esta forma el mundo se libro de esta enorme
águila.
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