EL ORIGEN DE LA ESTRELLA MATUTINA Y VESPERTINA
Después de
haber matado al Amarun “Anaconda”, Anga
“Águila” y a los Pumas que tanto daño
habían hecho a los humanos, cierto día que iban caminando por la selva, se
preguntaron:
¿Dónde
podemos ir ahora? los gemelos al mismo tiempo diciendo, dijeron ¿vamos al
cielo?
Entonces
para ello prepararon bastante leña de Wama y Matiri “guadua o bambu” le
prendieron fuego. Y el humo de esta hoguera subió hasta el cielo en espirales
que luego se convirtieron en peldaños de una gran escalera por la que empezaron
a subir Kuillur y Duciru.
Ya en lo
alto, en un momento dado se divide la escalera en dos. Como resultado de esto. Duciru
se fue al Oriente por donde sale el sol y Kuillur hacia el Occidente por donde
se oculta el sol.
Por eso, al
amanecer, a la hora del alba, entre cantos y trinados de aves, vemos a Duciru convertido
en una estrella muy resplandeciente. Alumbra claramente, anunciando la luz de
un nuevo día que se aproxima.
Y al
atardecer, a la hora vespertina, cuando las sombras de la noche empiezan a
extender su manto sobre la tierra, entre sonidos agudos y ruidos estridentes y
monótonos de cigarras y chicharras, vemos a Kuillur en el occidente, también
convertido en una brillante estrella. Dando sus últimos rayos de luz,
anunciando la hora de irnos a descansar.
Así culminan
las aventuras de Kuillur y Duciru que cuentan los abuelos. De aquellos gemelos
que ayudaron a nuestros antepasados a librarnos de esas bestias gigantescas
para que nosotros y nuestros hijos viviéramos mejor, sin sufrir tantas
angustias y peripecias en la selva.
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